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Con esta suculenta cesta regalo, os llevamos a Aude, una provincia maravillosa casi limítrofe con Cataluña. Esta región goza de una situación verdaderamente excepcional que nace del encuentro entre un clima oceánico y mediterráneo, además de una maravillosa geografía y variedad de paisajes. Gracias a la riqueza de una tierra tan diversa, nos ofrece una gastronomía extremadamente variada, auténtica y exquisita. Para muchos, es la tierra de nacimiento de los primeros vinos espumosos: desde 1531, la abadía benedictina de Sainte-Hilaire produce el famoso «Blanquette de Limoux». El departamento de Aude no solo produce vinos cada vez más diversos y de mayor calidad, sino también productos hortícolas extraordinarios como la trufa, la alubia de Castelnaudary —base del popular cassoulet—, la cebolla dulce de Citou, las aceitunas Lucques —una de las variedades más reconocidas de aceituna de mesa—, la almendra y la miel —al combinarlas son la esencia del nougat (un delicioso turrón local)— o la patata de Sault, entre otros. Como os podréis imaginar, ¡no ha sido fácil hacer nuestra selección entre tanta delicatessen que colmará de alegría a cualquier gourmet!
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Bodega: Domaine de Ventenac.
La tierra de Cabardès cuenta con su denominación de origen desde 1999. Es una de las zonas vitícolas más interesantes de Languedoc-Roussillon, tanto por la calidad como por la originalidad de sus vinos. Por su peculiar situación geográfica, disfruta de un clima de transición que asocia las lluvias procedentes de Burdeos con el generoso sol del Mediterráneo. La consecuencia es que el Cabardès es la única denominación de origen controlada (AOC) que reivindica en su composición una mezcla tan igualada de las cepas «mediterráneas» (syrah y garnacha, sobre todo) con las cepas «bordelesas» (merlot, cabernet sauvignon, cabernet franc…). Creado con mucho talento, este Cabardès criado en barrica de roble es un ejemplo muy logrado de esta doble influencia. Verdadera joya con sus taninos suaves y redondos y final largo con aromas de frutos rojos, tabaco y especies, será el maridaje perfecto para una bonita pieza de carne y, por qué no, para el clásico de la cocina local: el cassoulet.
Artesano: Le Lingodoc - Maison Rivière.
¡Imposible llevaros a esta tierra sin daros a conocer el famoso cassoulet de Castelnaudary! La Casa Rivière ha recibido muchos premios gracias a sus delicatessen sin colorantes ni conservantes: elabora un cassoulet tan generoso y sabroso como esta tierra. Las alubias suaves cocidas a fuego lento en un caldo de verduras frescas se suman a la típica butifarra de Toulouse elaborada de manera casera y a los deliciosos muslitos de pato confitado. Los ingredientes se seleccionan de manera rigurosa y se elaboran según la tradición, aunque lo que marca la diferencia es la receta exclusiva de la Casa Rivière. Hasta hoy, solo la señora Rivière tiene el secreto de la mezcla de especias que echa al caldo para conseguir el sabor tan inigualable de este cassoulet. A nosotros nos encantan estos secretos y ya sabemos que, como pronto descubriréis, ¡el resultado está a la altura de los misterios! Ya solo calentar el plato, gratinarlo en el horno y ¡listo para su degustación!
Artesano: Le Mas d'Antonin.
Elena produce principalmente dos variedades de aceitunas en su finca: la Luque y la Olivère, una variedad autóctona. La Luque es la aceituna de mesa más afamada de la región, con un sabor y un toque crujiente inigualable, cuyo resultado es un aceite de oliva dulce y afrutado. La Olivère produce un aceite de más carácter, con aromas intensos. Las aceitunas se prensan en un plazo máximo de 24 horas tras su recolección, señal de calidad. Todos los aceites son monovarietales, ideal para saborear las particularidades gustativas y olfativas de cada aceituna. Este «puré» de aceitunas se obtiene a partir de frutos verdes de tipo Luque sometidos a un molido fino, tras lo que se añade un poco de aceite de oliva para conseguir una textura delicada. Una oportunidad única de catar la aceituna más emblemática de esta tierra, ¡toda una delicia!
Artesano: Domaine des Massols - Eve & Antony THION.
Idealmente situado en el País de Sault, a 700 metros de altura, el Domaine des Massols ofrece un terruño perfecto para el cultivo del azafrán. Hace unos 10 años, Eve y Anthony decidieron cambiar de vida por completo para reformar o, mejor dicho, reconstruir totalmente una antigua granja abandonada en la ladera de un monte perdido de los prepirineos y convertirla en una finca-albergue (Maison d’hôtes, en francés) a costa de enormes esfuerzos. La reforma les salió de maravilla: es un lugar para amantes de un turismo rural de verdad. Aprovecharon las tierras que les rodeaban para desarrollar una agricultura biológica en pequeñas parcelas. Producen y transforman en su finca varios productos y, en particular, esta gelatina de azafrán completamente vegetal (la gelatina se realiza con agar-agar, un alga que muchos consideran como la auténtica gelatina vegetal, y no a base de gelatina animal como es costumbre…). Concebida para acompañar el foie-gras si os queda un trocito después de las fiestas, esta gelatina azucarada se puede consumir también con pasteles, crepes… Tanto si te gusta el azafrán como si quieres descubrirlo, ¡no te pierdes esta verdadera golosina!
Artesano: Maison Bor.
¡Hay más cosas que probar en Limoux además de la afamada blanquette! El nougat reina allí también. Se trata de una especie de turrón medio blando hecho con miel y almendras… toda una tentación. Creada en 1936, La Maison Bor es una de las dos últimas confiterías artesanales de Limoux. Realizan esta barra de nougat con mucho arte: un bocado tierno y untuoso con un sutil toque de almendras y de vainilla. Te va a encantar, ¡si la pruebas, la acabas!
Producteur : Maison Nougalet.
Métodos tradicionales, calderos de cobre, recetas secretas… ingredientes excepcionales que se mezclan con una continua búsqueda de la innovación. Estás en la casa Nougalet, varias veces premiada con el famoso premio Ruban Bleu en la feria de confitería más importante de Francia (INTERSUC) por la originalidad y la calidad de su producción. Y hablando de originalidad, seguro que no te decepciona descubrir en nuestro cofre regalo estas sorprendentes «patatas» en homenaje a la reputada producción del País de Sault vecino. En realidad, son auténticas golosinas: chocolate a la crema de avellanas, chocolate blanco y trocitos de almendras para un viaje diferente y goloso por el Pays de Sault. Ideal para pequeños y mayores amantes del chocolate.
