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Este mes, con su caja-regalo, La Gourmet Box te lleva a Loiret, tierra que debe su nombre al río Loire, uno de los más importantes de Francia. La ubicación céntrica de esta provincia en Francia, muy cercana a la capital del país, además de la importancia del río Loire, que era hasta hace muy poco una de las rutas comerciales más relevantes de Francia, han tenido consecuencias muy importantes sobre su gastronomía y han favorecido la instalación de artesanos de categoría por estas tierras.
Es la historia del vinagre de Orléans, capital del departamento, y de los vinos de este terruño, la pesca, de las primeras praslines (almendras garrapiñadas), del caramelo Cotignac, o de los famosos “chocolates reales”.
Sibarita: déjate llevar por los productos gourmet salados y golosos de la gastronomía del valle del Loira, ¡una caja-regalo gourmet que no te dejará indiferente!
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Artesano: Valérie Deneufbourg
El valle del Loira es una de las tierras vitícolas más importante de Francia, y Loiret no es una excepción. Encontramos denominaciones que aún no tienen la fama de sus vecinas, pero que ya ofrecen grandes sorpresas. Son vinos mucho más frescos de lo que solemos encontrar en España. Es una tierra que eligió Valérie Deneufbourg para crear sus vinos personales con mucho talento.
Rencontres Rouge es un coupage de pinot meunier (una de las tres cepas que se utilizan para hacer vino de champagne con el pinot noir y el chardonnay) y de pinot noir, la cepa emblemática de la Borgoña. Su color cereza deja notas de kirsch (aguardiente de frutos rojos), moras y de frutos negros del bosque en boca con un final delicadamente especiado. Sin duda, un vino fino y fresco que te encantará.
Maridaje: con charcuterías (por ejemplo, con nuestras rillettes) o nuestro paté de siluro que encontrarás en tu caja gourmet, es todo un éxito.
Artesano: Martin Pouret.
En Orleans, la historia del vinagre está estrechamente vinculada con la del río Loira. En la Edad Media, el Loira era una de las rutas comerciales más importantes de Francia y permitía el suministro de Paris de productos de todo tipo, como los vinos del valle de la Loira y de Borgoña. Al llegar a Orleans, los vinos que se habían picado durante el viaje se descargaban y servían de materia prima a los maestros vinagreros de la ciudad. Así nació la tradición vinagrera de Orleans.
Te proponemos este sabroso vinagre de vino blanco realizado según el método tradicional de Orleans por Martin Pouret, una de las últimas casas que todavía sigue este proceso artesanal. La transformación del vino en vinagre se realiza por fermentación natural de superficie del vino sin añadido de fermentos ni nada. Protegido de la luz dentro de las barricas de roble de 240 litros, el vino se transforma lentamente a una temperatura constante de 30° en vinagre. Después de esta fermentación acética, los vinagres envejecen durante un año en las barricas (¡nada que ver con los dos días que dura el proceso en la producción industrial!). El vinagre se afina y adquiere sus cualidades gustativas máximas. Como un buen vino, un buen vinagre mejora con el paso del tiempo.
Este vinagre de vino blanco al método tradicional enriquecido con estragón fresco de la zona es un hallazgo culinario: un equilibrio muy logrado entre la acidez del vinagre y el estragón, que proporciona frescura y potencia en boca en un conjunto lleno de sabores. Será el enderezo perfecto para tus ensaladas, pero también para realzar una mayonesa, por ejemplo.
Artesano: Martin Pouret.
La calidad y la personalidad de la mostaza tradicional de Orleans nacen del respeto de una receta antigua, de la tradición y de la selección de ingredientes de primera calidad: las semillas de mostaza producidas en la zona están trituradas con muelas de piedra, lo que permite conseguir la untuosidad y la fineza en boca característica de la mostaza de Orleans. A estas semillas se añade la famosa sal de Guérande y vinagre producido de manera artesanal por nuestro productor.
Con el toque de miel y el aporte perfecto del Chardonnay, tienes una mostaza ideal para elaborar salsas, acompañar carnes o para dar rienda suelta a tu talento culinario.
Artesano: Bruno Gabris, Pêcheurs de Loire.
El siluro no tiene la fama de ser un pez de lo más exquisito, pero estamos bastante equivocados. Este «pez-gato», gran depredador que puede alcanzar los 2,5 metros y pesar más de 80 kilos tiene una carne blanca muy peculiar a nivel gustativo. Bruno Gabris es miembro de la asociación de los pescadores profesionales del Loira. La pesca se realiza de manera tradicional de forma sostenible empleando los recursos del Loira.
Este artesano procesa el pescado en sus propias instalaciones, incorporando productos locales como los espárragos de la zona, una de las especialidades de Loiret. Esta asociación resulta todo un éxito y resulta ideal para servir a tus invitados como aperitivo gourmet sobre rebanadas de pan. La frescura, la finura y el sabor de un producto natural muy bien hecho.
Artesano: La Petite Garenne.
Las rillettes de gallina, muy recomendables para un aperitivo tradicional, son un auténtico placer gustativo.
Compuestas de carne de gallina realzada con un poco de vino blanco de Cheverny, sin conservantes ni colorantes, pueden consumirse a temperatura ambiente sobre tostadas o servirse frías como entrante.
Su finura y cremosidad te sorprenderán.
Artesano: Benoît Gouchault, confitero.
Nos costó encontrar el último artesano que hace esta especialidad de Loiret, pero lo hemos conseguido. El Cotignac es una especialidad de Orleans, un bombón parecido a un dulce de membrillo, que vendían los apotecarios por sus virtudes astringentes, pero que hoy en día es un dulce que encanta a los más golosos.
Se puede comer utilizando un trocito de la cajita de corteza de picea que lo protege como cuchara o lamiendo la superficie como una piruleta. Los sibaritas a los que les gusta el membrillo no se lo pueden perder.
Artesano: Confiserie Mazet.
La Casa Mazet es una confitería artesanal creada en el 1903 que confecciona la famosa Praliné de Montargis, unas garrapiñadas realizadas según una receta y unos procedimientos que no han cambiado desde 1636. Por eso este bombón está considerado uno de los más antiguos de Francia.
Si no se ha cambiado la receta desde entonces, será por algo. No te la puedes perder.
Artesano: La Chocolaterie Royale.
Quizás lo mejor para el final. Una confitería con un gran pasado, un artesano de gran talento y tienes esta torta de chocolate praliné presentada como un camembert.
Lo tiene todo: bonita presentación, sabores increíbles. Un dulce excepcional para los amantes del praliné y de la confitería en general. ¡200 gramos de pura alegría!
